lunes, 13 de febrero de 2012

Definición aproximada del arte

El arte es consubstancial al ser humano, ya que siempre en todas las sociedades y culturas se ha hecho arte, bien por que así fuese considerado entonces o en un momento posterior, pero el concepto de arte ha variado a lo largo de la historia. Lo encontramos en el mundo griego referido a la habilidad o destreza, tanto manual como mental, por lo que tanto médicos como carpinteros aparecían citados junto a escultores y pintores por los cronistas.
En la Edad Media se institucionaliza la distinción entre artes liberales y mecánicas, así por ejemplo la arquitectura y las actuales artes figurativas formaban parte de las denominadas “artes mecánicas”, inferiores respecto a las “artes liberales” tales como la Gramática, la Lógica, la Retórica, la Aritmética, la Geometría, la Astronomía y la Música.
El menosprecio hacia las artes figurativas cambió en el Renacimiento cuando se reivindica la inspiración y la inventiva del artista, y a mediados del s. XVIII ya se define el concepto de Bellas Artes, dirigidas a la producción de “belleza”: Pintura, Escultura, Arquitectura, Poesía, Música y Danza, para llegar en el siglo XX, con las nuevas técnicas y lenguajes artísticos, a la ampliación del campo artístico más allá de las formas tradicionales que caracteriza nuestros tiempos.
Vemos por tanto que si el concepto de arte ha ido variando a lo largo de la historia, intentar definirlo no es una tarea sencilla. Hay autores como Formaggio que nos dicen que “arte es todo lo que los hombres llaman arte”; otros como Dufrenne afirman que “arte es todo aquello que es reconocido como tal y propuesto a nuestro asentimiento”, con lo que ya nos queda claro la dificultad de definir el término a priori, ya que el arte es más fácil de definir a posteriori. Una posible definición podría ser que arte es el acto humano para que lo visible (materia) exprese lo invisible (sentimientos, sensaciones, etc.) mediante la imaginación.
No podemos dejar de tener en cuenta que el arte no solo es un hecho individual, sino social, por lo que se define socialmente. Lo mismo que la calidad artística, que no es algo propio de la obra, sino una atribución de valor, que no puede separarse de las normas, intereses, convenciones y gustos imperantes en el momento en que se producen o interpretan las obras de arte. Cada sociedad legitima para decidir acerca del valor artístico de las obras a una serie de expertos: críticos, especialistas, etc. Claro que también nos encontramos que hay obras de arte consideradas como “grandes” en todas las épocas, y tal vez la razón fundamental de ello sea la contextualización. Al vincular una obra a su contexto, se puede reconstruir el marco adecuado que permite explicarla como una posible solución que el artista se plantea para resolver ciertos problemas, o plasmar un mensaje o una visión de la sociedad de su tiempo, incluso una “avanzadilla” de lo que está por venir, etc. Parece cierto pues que el arte es consubstancial al hombre, tanto por necesidad individual como social, ya que el hombre en sociedad necesita compartir y comunicarse.
Una de las constantes que se observa en la Historia del Arte es la búsqueda de la Belleza, con lo que hay autores que señalan que arte es lo que expresa lo bello, con lo que de nuevo nos encontramos con otra abstracción que cambia cultural e históricamente. Por ello deberíamos entender la belleza artística no solo en el sentido de “esplendor de la forma”, sino quizás en un sentido más profundo, el de la “emoción estética”. Diríamos así que el arte procura la “forma significativa”, que en ocasiones nos puede aproximar a un cosmos de armonías ideales y en otras a un mundo de dolor y sufrimiento. La percepción de la obra de arte puede desencadenar en el espectador efectos que desbordan el simple goce estético, puede ser a veces una “sensación mágica” de aprehensión, otras veces un estimulante de tomas de postura (semejante al panfleto político), etc. A esta serie de dimensiones del arte que van más allá de la estética se refería Picasso cuando dijo que “no se hacía pintura para decorar habitaciones”.
PARA QUE SIRVE EL ARTE
Para responder a la pregunta ¿para qué sirve el arte?, debemos empezar sentando como premisa que el arte es necesario tanto para el individuo como para el conjunto de la sociedad, aunque observamos que, a lo largo de la historia, esta “necesidad” ha servido para cumplir múltiples y variadas funciones. Cierto es que en ocasiones, algunas obras se crearon con un propósito definido y, a través del tiempo su función se ha modificado, pero tal vez podamos resumir los roles principales que ha jugado el arte basándonos en el siguiente resumen:
Una de las funciones más claras, ha sido la búsqueda de la emoción estética, ya que desde siempre el arte ha servido como vehículo de expresión de necesidades interiores y de sensibilidades emocionales.
Otra ha sido la función utilitaria, de la que nos ilustra sobre todo la arquitectura, cuya finalidad básica viene marcada por su función de espacio creado artificialmente.
También destaca la función mágica, ya que tanto rituales de fertilidad o funerarios, como de cacería o de guerra, por ejemplo han servido para transmitir formas artísticas a lo largo del tiempo. Pensemos por ejemplo en una de las interpretaciones más difundidas de la pintura rupestre del Paleolítico, que atribuye al objeto representado “poderes” mediante los cuales se captura el espíritu del animal, para que la cacería sea propicia.
Otro capítulo importante lo constituye la función didáctica, ya que en muchas culturas iletradas la imagen es una buena substituta de las palabras cuando se busca instruir a las personas. Normalmente se trata de imágenes simples, que transmiten el mensaje de una forma directa, fácilmente comprensible. Nos puede servir como ejemplo para ilustrarlo las pinturas de las catacumbas paleocristianas en Roma o los “catecismos en piedra” que son las portadas medievales.
Diferenciamos de la didáctica otro tipo de función a la que podemos denominarpersuasiva, que se distingue de la anterior porque las imágenes tratan de convencer, de involucrar al espectador, como puede ser el caso de los carteles publicitarios.
La función ideológica encierra varios conceptos, tanto el de transmisión de un pensamiento social o político, como la defensa o justificación de una imagen de poder, lo que conocemos como arte áulico.
A lo largo de la historia han sido numerosos los autores (muchos de ellos filósofos) que se han preguntado por la función y el significado del arte, desde Platón hasta Freud, pasando por Nietzsche, Hegel, Kant, etc. De todas estas interpretaciones concluiremos este artículo destacando el estudio del autor contemporáneo, Ernst Fischer, que en su libro “La necesidad del arte” plantea una idea muy interesante cuando reflexiona acerca de la función del arte y llega a la conclusión de que es un medio indispensable para fundir al individuo con el todo: “…el hombre quiere ser algo más que el mismo, no le satisface ser un individuo separado, quiere ser un hombre total. Sabe que solo puede alcanzar la plenitud, la totalidad si toma posesión de aquellas experiencias de los demás que pueden ser potencialmente suyas…”. Según esto, el arte refleja para el hombre su infinita capacidad de asociarse con los demás, de compartir las experiencias y las ideas.

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